miércoles, 19 de diciembre de 2012

NOVENA


Elementos a preparar:

1) Rosario de 17 cuentas (nosotras lo confeccionamos: 9 cuentas chicas en círculo, una cuenta grande que cierra el círculo y desde esa cuenta grande, 3 cuentas chicas, espacio, 3 cuentas chicas, una cuenta grande para finalizar en vez del crucifijo)

2) Agua bendita

3) Vela blanca (encendedor o fósforos)

4) Incienso

5) Imagen de Jesús

6) Miel (una cucharita)

7) Pedido por escrito (ahora, en el inicio del verano, pedirás que en tu vida se realicen todos los proyectos.) En el exacto día en que comienza el verano, (en esta novena) y se siente el perfume de los frutos maduros, pedirás que en tu vida se realicen todos los proyectos.Al inicio de cada primavera, cuando el aire se pone tibio y uno siente que la vida le está dando una oportunidad, pedirás el renacimiento.
Cuando viene el otoño, rogarás por el fin de un ciclo viejo y la liberación de tu alma.
Y cuando comienza el silencioso invierno, pedirás el descenso de la Gracia para ti mismo y para el mundo entero.
8) Reloj de arena

9) Timer para contar los 9 minutos de meditación final.

El rosario es un medio de purificación potentísimo. Suele estar hecho en madera, jade o ambar. Este rosario tiene diecisiete cuentas, y funciona activado por el poder de la repetición, que produce cambios irreversibles en nuestra energía. Una apertura seguida de seis oraciones y un pedido, más nueve alabanzas  de tres partes cada una. es su fórmula secreta. Tiene un tremendo poder hipnótico. Y no damos un solo paso en la vida sin la ayuda de Dios.

Las oraciones dejan huellas en los éteres y las que hoy han llegado a tus manos tienen la fuerza concentrada de miles de años. Estas oraciones están hechas con palabras de poder. Cada palabra tiene poder, no está puesta por casualidad.

Vista, oído, olfato, gusto, tacto, todos tus sentidos se volverán más y más iniciáticos cuanto más practiques la novena.

Elige un sitio que te permita aislarte para concentrar las energías, no importa si es grande o pequeño. Márcalo con unas gotas de aceite consagrado o agua bendita. Si esto no es posible, construye un altar en el tiempo, no en el espacio. Para ello, marca con el aceite consagrado un lugar que será exclusivamente tuyo, cuando todos estén durmiendo.  El reloj de arena simboliza la posibilidad mágica de invertir condiciones desfavorables: siempre es posible empezar algo totalmente nuevo. Por eso, es bueno tener cerca un reloj de arena cuando se esté por iniciar una novena.

Es muy importante escribir el pedido. La palabra grabada en papel tiene una tremenda fuerza. La primera vez es conveniente pedir la propia transmutación. Luego, se puede pedir lo que se necesite, siempre teniendo sumo cuidado de no interferir en el destino de otros seres humanos. Siempre dirígete al Cielo con el corazón puro.

Inicia cada novena sintiendo, en el momento supremo en que enciendes la vela, que nada será igual después de este primer día.

Ahora, veamos cómo se activa esta poderosa herramienta:

1) Con el pedido y el rosario en la mano y con los ojos cerrados, entra en tu espacio sagrado, real o imaginario, que estará delimitado mentalmente por un círculo de por lo menos tres metros de diámetro. Un círculo de luz blanca. El rosario despierta el poder del tacto dormido en tu mano.

2) Cierra los ojos, y prende una vela blanca, imaginaria o real. La misma vela la prenderás a lo largo de nueve días, siempre a la misma hora. La vela despierta la vista sutil.

3) Prende el incienso. El incienso despierta el olfato, poderoso sentido iniciático.

4) Coloca la imagen de Jesús.  (Silvia usará la que dicen que es el verdadero rostro, el que va sin vidrio)

5) Saborea una pequeña porción de miel para prepararte, depertarás el gusto por la plenitud y la perfección. La miel es el símbolo de la dulzura que atraerás  a tu vida.

6) Inclina la cabeza: esto simboliza una entrega. El orante renuncia a su mente ordinaria, se rinde a la mente Divina. Renuncia a sus razonamientos, se olvida de sus prejuicios, arroja al suelo simbólicamente todo el contenido de su mente.

7) Con el rosario en la mano, haz la señal de la cruz, mientras tocas la primera cuenta del rosario, la más grande, que es la puerta de entrada. La cruz simboliza la encrucijada. Es un mudra, un gesto mágico de los cristianos primitivos. En su tiempo fue una poderosa y secreta señal de liberación y aún lo sigue siendo si conoces su significado. Con tu mano derecha unes el entrecejo, centro de la visión del cielo, con el centro cardíaco, para encender el fuego del espíritu en tu corazón. Une luego en horizontal, desde el hombro izquierdo donde se encuentra el pasado, la tradición cristiana que te fue legada por los ancestros, con el futuro, cuyo símbolo es el hombro derecho, pasando por el poderoso presente.

8) A continuación (guiándote por las tres cuentas del rosario) eleva tres oraciones al principio activo de Dios: tres padrenuestros. Las oraciones despiertan el oído mágico y permiten luego escuchar la voz de Dios.

1 - Padre nuestro que estás en los cielos.
Santificado sea tu nombre. Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy
Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores
Y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal
Porque tuyo es el Reino, y el poder y la gloria, por los siglos de los siglos, Amén.


9) Ahora, siguiendo las tres cuentas siguientes del rosario, reza tres oraciones al principio receptivo, a la creación, a través del Ave María, repitiendo las palabras del ángel de la anunciación.

1 - Dios te salve María
Llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tu eres entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, madre de Dios.
Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.


10)   Haz el pedido: pide al cielo lo que anhelas, (leyendo lo que habías escrito) tan intensamente como puedas, así sea en voz muy baja. Pide al Padre Cielo lo que necesitas, tal como lo hace un hijo: con la certeza de ser escuchado. O agradece algún don recibido. O entrégate a lo Divino. Recuerda: Al inicio de cada primavera, cuando el aire se pone tibio y uno siente que la vida le está dando una oportunidad, pedirás el renacimiento.
En el exacto día en que comienza el verano, y se siente el perfume de los frutos maduros, pedirás que en tu vida se realicen todos los proyectos.
Cuando viene el otoño, rogarás por el fin de un ciclo viejo y la liberación de tu alma.
Y cuando comienza el silencioso invierno, pedirás el descenso de la Gracia para ti mismo y para el mundo entero.

11) Ahora, siguiendo las 9 cuentas del círculo del rosario, repite nueve alabanzas a Dios.

1 - Santo, Santo, Santo.
Dios de la creación.
Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.
Gloria sea a ti, el Altísimo.
Bendito es el que viene en nombre del señor.
Hosanna en las alturas.

12) Luego de repetir las oraciones, permanece nueve minutos en meditación, respirando rítmicamente para fijar la energía en el cielo. Permanece en silencio: dicen los monjes de todas las tradiciones que el silencio da a las cosas magnificencia, pasión, grandeza. Y es para creerles: ellos son los exploradores de este enigmático reino y dicen que cuando hay silencio, se hace presente Dios.

13) Persígnate nuevamente como cierre del ritual. Saldrás así del círculo mágico, se cerrarán tus chakras y podrás retornar tranquilamente a la vida cotidiana. Este paso es fundamental para poder regresar al tiempo terrestre, desde la realidad virtual.

14) Apaga la vela, y deja consumir el incienso.

En el noveno día, para cerrar con fuerza el pedido, luego de persignarte, darás vuelta el reloj de arena (símbolo de la transposición de las situaciones) con un decidido gesto, diciendo: "El cielo derrama sus dones sobre la tierra" mientras observas caer la arena. Y comenzarás a esperar que se concrete el pedido.
Luego de nueve días de elevar estas oraciones al cielo, llegará una respuesta, sin duda alguna. Luego de nueve días de férrea persistencia, de amorosa dedicación, vendrá la respuesta del cielo. Te lo dice una apasionada peregrina de los misterios, inmensamente feliz.

El día décimo, luego de repetir todos los pasos, en vez del pedido, realiza un agradecimiento. Se agradece al Cielo por haber obtenido ya una respuesta en el nivel sutil; apagas la vela, y dejas así cerrado el ceremonial.
A partir de ese momento, te preparas para recibir lo que has pedido, pues tarde o temprano se hará realidad.

Este ceremonial es adecuado para calmar el corazón sediento de amor y de compasión. Va directo al alma. Es también muy fuerte cuando quieres liberarte de alguna situación que te oprime: es purificador. También otorga protección especial. Y por supuesto, produce una transmutación irreversible.

Ritmo del sol: Occidente, conoce los poderosos efectos del sol. En cada equinoccio y en cada solsticio, por unos días permanecen abiertas de par en par las puertas que comunican el mundo de los dioses con el de los hombres. Por eso, cada tres meses, a la medianoche en que comienza la nueva estación, iniciá una novena. Al inicio de cada primavera, cuando el aire se pone tibio y uno siente que la vida le está dando una oportunidad, pedirás el renacimiento.
En el exacto día en que comienza el verano, y se siente el perfume de los frutos maduros, pedirás que en tu vida se realicen todos los proyectos.
Cuando viene el otoño, rogarás por el fin de un ciclo viejo y la liberación de tu alma.
Y cuando comienza el silencioso invierno, pedirás el descenso de la Gracia para ti mismo y para el mundo entero.

(material extraído del libro "La conspiración de los alquimistas"de Hania Czajkowski


No hay comentarios:

Publicar un comentario