Vuelve en el tiempo y recuerda las mejores fiestas que hayas pasado de niño. Trae ese recuerdo nuevamente a tu memoria y velo muy claramente. Recuerda las vistas, los olores, los gustos y los tactos, y las personas que estaban allí. ¿Cuáles fueron algunas de las cosas que hiciste?
Si no tuviste unas fiestas maravillosas de niño, invéntate una. Hazla exactamente como te gustaría que fuera. Mientras piensas en esta fiesta especial, nota que tu corazón se esta abriendo.
Quizás, una de las cosas más maravillosas de esa fiesta particular fue el amor que estaba presente.
Permite que el espíritu del amor fluya a través tuyo. Lleva a tu corazón a todas las personas que conoces y te importan. Envuélvelos con amor. Sabe que puedes llevar este sentimiento especial de espíritu y amor de fiesta contigo donde vayas y todo el tiempo, no solo durante la época de fiestas. Eres amor. Eres espíritu. Eres luz. Eres energía. ¡Y Así Es!
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