Las crisis de ansiedad o pánico son episodios en los que se dispara la ansiedad, con miedos y malestares intensos, llegando a tener la sensación de estar muriendo o de volverse loco. Las crisis suelen aparecer bruscamente y alcanzan su punto máximo en los primeros 10 minutos.
Algunos de los síntomas de estas crisis o ataques son:
- Sensación terrible de volverse loco, morirse o tener un ataque al corazón.
- Palpitaciones.
- Sensación de ahogo o falta de aire.
- Mareos o sensación de desequilibrio corporal.
- Escalofríos o sofocos.
- Presión en el tórax.
- Sensación de irrealidad (el mundo de alrededor se ve deformado o cambiado) o de despersonalización (la persona se encuentra como separada de sí misma o se siente diferente, como si fuese otra persona).
- Sensación de hormigueo en diversas extremidades del cuerpo.
- Temblores, nauseas, etc.
El trastorno de pánico se encuentra muy ligado a la Agorafobia, en la que desemboca con frecuencia, debido al deseo de eludir aquellos lugares donde se ha tenido algún ataque.
Prevención :
• Dedicar parte del tiempo libre a la práctica deportiva. • Enfrentar los problemas en el momento que se presenten. • Promover la comunicación con la pareja e hijos. • Evitar las situaciones que puedan poner en riesgo la seguridad física y mental. • Dedicar un momento del día a la relajación. • Procurar dormir entre 7 y 8 horas diarias.
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