Te pido humildemente que no permitas que me aleje nunca, nunca de tu camino.
Que permitas que tus Ángeles con su hermosa luz iluminen siempre mi sendero.
Te pido la fuerza de Miguel, para vencer las tentaciones y fortalecer mi fe.
Te pido la iluminación de Jophiel, para poder limpiar mi mente y entender tu voluntad.
El amor de Samuel, para aprender amar a los demás.
Te pido la luz de Gabriel, para purificar mi alma.
La verdad de Rafael, para no enfermar jamás.
Te pido también la paz de Uriel, para no ofenderte juzgando a los demás.
La misericordia de Zadkiel, para poder perdonar a todos los que me han hecho mal.
Y que la luz de mi amado ángel guardián guíe mis pasos, ilumine mi mundo y así poder llegar a ti.
Te amo con todo mi corazón y te pido Señor, tu bendición.
En el nombre del Padre, de tu amado Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Amén.
Hermoso y purificador.
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