El PERDÓN:
1º.- Yo, consciente de mis actos, y asumiendo el control de todo lo que “YO
SOY”, borro de mi subconsciente y del registro etérico, todo récord y
memoria de cada suceso discordante que haya vivido en este mes, día o año.
2º.- Perdono de todo corazón y olvido para siempre, todo disgusto, agravio,
deuda, desamor, irritabilidad, agresión, traición, maledicencia y odio que
me haya causado cualquier ser humano, situación o cosa.
3º.- A todos aquellos que se hayan ido de mi lado para otro grupo, trabajo,
partido o círculo de amistades, lo suelto y lo dejo ir sin reclamarle nada,
dándole la plenitud de mi amor para bendecirlo y prosperarlo donde quiera
que se haya ido y donde esté.
4º.- Renuncio con toda la entereza que mi ser tiene a todo apego de
objetos, situaciones, posesiones y, sobre todo, personas. Declaro que nada
ni nadie me ata a nada, y YO SOY libre, pero completamente y absolutamente
libre, para entregarme, ampararme y refugiarme en Dios y sólo Dios, para
siempre.
5º.- Borro, borro y borro todo aquello que me haya sucedido en este año que
no sea un escalón dentro de mi proceso de ascensión, y hago desaparecer de
mi vida todo obstáculo que me impida volar hacia la libertad, que es el
estado natural de mi ser.
6º.- Cubro cada segundo, minuto, hora, día, semana y mes de este año que
concluye con la brillante y resplandeciente sustancia de la Llama Violeta
para borrar toda energía mal calificada, y ahora lo envuelvo todo con la
incandescente brillantez del fuego Blanco de la Ascensión.
7º.- Libre de personalidad, ego, pasado, memoria y mal karma, entrego mi
Corriente de Vida al Servicio Único de la Luz, para que de ahora en
adelante sólo oiga la Luz, sienta la Luz, vea la Luz, saboree la Luz, huela
la Luz y piense la Luz, hasta alcanzar la eternidad
(por Rubén Cedeño, metafísico discípulo de Conny Méndez).
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