Cada persona vive sus propios ritmos amorosos, pero llega un momento en el que, irremediablemente, de tanto vagar en las fantasías del amor uno termina en el callejón de las preguntas: ¿es la persona correcta para mí?, ¿es una relación a largo plazo o es algo pasajero?
Según Randi Gunther, psicólogo, terapeuta de pareja y colaborador de la revista Psychology Today, existen ciertas características y comportamientos que sobreviven la prueba del tiempo, y que aun en los periodos más problemáticos fortalecen los vínculos.
Atracción física. Gunther menciona que esto no se limita sólo al sexo, sino a cierto misterio que se esconde en los rasgos, el movimiento o el lenguaje del otro, ese "algo" que nos intriga tanto que no podemos dejar de mirar o de recrear en nuestra imaginación.
Generosidad. Esta cualidad no tiene que ver con los regalos sino con la voluntad de dar. La gente generosa pone atención a lo que el otro necesita, incluso antes de que el otro lo pida; el temor a ser juzgados o a que se aprovechen de ellos no limita sus acciones. Perdonan con facilidad y son capaces de ver lo mejor de los demás.
Afinidad. Mantener una relación por largo tiempo implica invertir mucha energía, pero este esfuerzo se multiplica cuando estamos con una persona con la que sentimos afinidad natural. Esto quiere decir que podemos pasar mucho tiempo con ella sin sentir que nos desgasta, y que no tenemos que forzarnos para ser parte de su círculo social.
Compasión. Este tipo de personas no evaden a su pareja cuando está pasando por una mala racha, por el contrario, buscan entenderla y ayudarla. Cuando estamos con una persona compasiva no sentimos la necesidad de cubrir nuestras fallas ni tememos mostramos vulnerables.
Apertura. La gente abierta no teme cometer errores, por eso están dispuestos a mostrarse tal como son. Al sentirse seguros de sí mismos, muestran más interés en aprender que en quedar bien a los ojos de los demás; no temen ser juzgados ni se sienten amenazados cuando los cuestionan. Cuando estás con una persona abierta, no sientes miedo a hablar desde la profundidad de tu espíritu.
Integridad. Esta característica está ligada a la confianza. Dos personas con la misma ética son capaces de confiar en el otro. La integridad esta fundada en la congruencia, en vivir como uno piensa y no juzgar ni pretender que los demás sean como uno quiere. Una persona íntegra respetará tus creencias aunque no coincidan con las suyas.
Sentido del humor. La risa es una válvula de escape que nos ayuda a mirar las situaciones sin una carga trágica; perder el sentido del humor hace que una relación se vuelva tensa. Pero ojo: esto no significa ser sarcástico o burlón, sino aprender a reírse de la situación para poner distancia y empezar a ver las soluciones.
Pasión. Gunther explica la pasión como una forma de energía, enfoque e intenso compromiso. En una pareja se traduce como un interés profundo en el otro, un interés que está presente en todos los ámbitos de su vida: hay un abandono al acto del amor, una gran capacidad de disfrutar todo y de convertir lo ordinario en extraordinario. Cuando estamos con una persona apasionada nos sentimos más vivos, como si en las venas nos corriera luz en vez de sangre.
Confianza. Estas personas toman riesgos, no temen perder porque saben que la próxima vez lo harán mejor. Cumplen sus promesas, toman en serio su propia palabra y se levantan de los fracasos con mejor actitud; no temen al ridículo y están dispuestos a experimentar nuevas experiencias.
Por: Luza Alvarado
No hay comentarios:
Publicar un comentario