sábado, 11 de abril de 2009

ESCUCHA

Siéntate en silencio y observa
cuanto hay allí para ser escuchado.
Escucha a la gente, lo que
realmente están diciendo.
Escucha tu voz interna, esa que
solo escuchas cuando la confusión
de cada día disminuye.
Oye el susurro de las hojas, el
llamado de las ranas, el crujido
de la madera ardiendo en tu chimenea.
Escucha con tu corazón y siempre
escucha aquello que nunca has
hablado.


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