Si te das cuenta, descubrirás que en estos tiempos la música acompaña muchas de las actividades que realizamos diariamente. Imagina un gimnasio, no sería lo mismo ejercitarte sin un fondo musical adecuado; seguir el ritmo hace que realices el esfuerzo de mover tus brazos o tus piernas con más ganas. Pero la música, también es usada para reconectarnos con la presencia de lo sagrado en nuestra vida. A través de ciertas melodías que nos sensibilizan, podemos aislar nuestros pensamientos y conectarnos a sentimientos más puros. Muchos de los rituales de diferentes filosofías o religiones a lo largo del tiempo, involucran la música y el canto para establecer un estado de relajación, apertura y oración.
Algunas personas utilizan la música y sus letras para identificar algún estado emocional. Las pérdidas o las alegrías, hacen que asociemos la música al momento emocional que estamos viviendo... y cuando las volvemos a escuchar nos conectamos al recuerdo, úsala para elevar tu tono emocional y para recuperar y fortalecer tu bienestar.
Algunas personas utilizan la música y sus letras para identificar algún estado emocional. Las pérdidas o las alegrías, hacen que asociemos la música al momento emocional que estamos viviendo... y cuando las volvemos a escuchar nos conectamos al recuerdo, úsala para elevar tu tono emocional y para recuperar y fortalecer tu bienestar.
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