Cuando vemos muñecos de duendes, seguramente sentiremos una ternura infinita, una alegría en el corazón...y un deseo profundo de llevarnos al "indicado" a nuestra casa.
Es probable que lo adoptemos, que le busquemos un lugar acogedor y privilegiado, que le pongamos un nombre y comencemos a conversar con él..."cuidá esta plantita"...."me tengo que ir, vos cuidá la casa"...son las frases que más escuchan los duendes de nuestra boca...A ellos les encantará cumplir la misión asignada por tí, porque son seres de gran laboriosidad y diligencia...nunca te fallarán. Su misión es asistir y proteger a toda forma de vida...y tú formas parte de la Vida y de su misión. También lo son tu casa, tus plantas, tus mascotas....
Este vínculo invisible, producirá (tal vez), risas, indirectas, burlas y codazos entre tus amigos y conocidos...y tú, sonreirás...después de todo...¿cómo podrías explicar lo que sucede entre tu duende y tú? Un lazo de Luz no se explica. Se siente en el alma....
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