El hombre es un Mandala que comienza y termina en su centro. Cada uno debe recorrer su propio camino, encontrar su propio centro, desarrollar su propia individualidad.
El camino de Dios no depende de la distancia, sino de la intensidad (sólo siendo total se alcanza lo TOTAL). Esa apertura te encontrará con TODO!
Desprende lo viejo para llegar a lo nuevo, libérate de los preconceptos y comprenderás. La mala educación no te permite ver con claridad lo que realmente eres, y si no sabes lo que ERES, no puedes saber lo que ES.
Ante todo, somos espíritus pasando por una experiencia humana en un planeta más de nuestro recorrido por el infinito.
Ninguna cosa de este mundo puede afectarnos, es nuestra manera de ver las cosas lo que nos afecta (las cosas no nos hacen mal, nos hace mal nuestra opinión de las cosas). La tarea no es cambiar el mundo, sino nuestra manera de verlo y de vivir en él. No importa saber adónde vas ni por qué, sólo debes ir alegre, porque si te lleva la alegría, no estás equivocado. No renuncies al mundo, vívelo, porque es una gigantesca escuela, superior a cualquier universidad o monasterio, porque te da todas las posibilidades de experimentar lo bueno y lo malo, lo mucho y lo poco. Afirma la vida viviéndola, atento a todos sus movimientos, respetuoso de todos sus cambios, y no sigas a nadie para no vivir una vida falsa (no se puede alcanzar la verdad con falsedades).
Todo es Dios, entonces….. ¿a qué le podés temer? Aliviana la cabeza y deja que el corazón comience la fiesta del amor, razón de la vida, y recuerda que siempre somos dos, aunque no estemos juntos.
FACUNDO CABRAL
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