En los
tiempos del gaucho, las costumbres de entonces hacían muy difícil las
relaciones entre los hombres y las mujeres. Por esta razón el interés de la
moza hacia su pretendiente no tenía otro cause de expresión más directa que la
insinuación a través de los mates compartidos, a los que la mano femenina les
podía dar un toque distinto
Mate amargo: indiferencia, no esperes nada, se acabaron las ilusiones.
Mate dulce: amistad.
Mate muy dulce: hablá
con mis padres.
Mate con canela: me estás
interesando.
Mate con café: estuve
enojada pero te perdono.
Mate con leche: amistad
respetuosa, estima.
Mate con melaza: me
preocupa verte triste.
Mate con miel: casamiento.
Mate con cedrón: acepto.
Mate con limón: prefiero
no verte.
Mate con te: indiferencia.
Mate con azúcar quemada: simpatía,
estoy pensando en vos.
Mate con cáscara de naranja: vení a
buscarme, quiero que vuelvas.
Mate con ombú: tu
visita es indeseable.
Mate con toronjil: disgusto.
Mate muy caliente: yo
también estoy ardiendo de amor.
Mate frío: desprecio.
Mate hirviendo: odio.
Mate tapado: buscate
otra.
Mate espumoso: te amo
demasiado.
Mate lavado: andate a
tomar a otro lugar.
Mate largo: visita
poco grata.
Mate corto: quiero
verte más seguido.
Mate encimado: mala
gana.
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