¿No crees que sería bueno hacer un inventario de los bienes que has recibido para así vivir con mayor alegría y optimismo? ¿Por qué vivir pensando en el 10% de las cosas que nos hacen sufrir, y no recordar el 90% de las cosas que nos sucede bien? En tu cuerpo hay 800 mil millones de células trabajando continuamente y obrando todas en tu favor y en perfecta armonía.
En tu cerebro tienes 13 mil millones de neuronas trabajando tan sabiamente a tu favor, que si las quisieras reemplazar por la computadora más perfecta del mundo, esas maquina, ocuparía el sitio de un edificio de setenta pisos de alto.
Tienes un corazón que es una maravilla de la naturaleza. Bombea hora tras hora, 36 millones de latidos al año, tras año, despierto o dormido, impulsando la sangre a través de 100 kilómetros de venas y arterias, que llevan más de dos millones de litros de sangre al año.
Tus pulmones son los mejores filtros del mundo. A través de 600 millones de alvéolos purifican el aire que reciben y liberan a tu cuerpo de desperdicios dañinos.
En tus ojos, hay 100 millones de receptores que te permiten gozar de la magia de los colores, de la luz, de la simpatía de las personas y de la majestad de la naturaleza. Eres una persona humana, y el ser humano es el único animal que puede hablar, para calmar al abatido, estimular al cobarde y decir te amo.
En tus oídos hay 24 mil millones de filamentos que vibran en el viento, con el reír de los niños, con la suave música de las orquestas, con el trepidar de las aguas espumosas y al escuchar las palabras amables de las personas que estimas.
Tú puedes moverte, no eres un árbol amarrado a una pequeña porción de tierra Puedes pasear, correr, bailar y hacer deportes. Para ello tienes 500 músculos, 200 huesos, 7000 nervios, sincronizados para obedecerte y llevarte donde quiera.
Tu sangre, un formidable tesoro son apenas cuatro litros pero allí hay 22 millones de células sanguíneas, y en cada célula hay más de 10 millones de veces por segundo.
Cada día mueren 2 millones de tus células y son remplazadas por dos millones más, es una resurrección que continua desde el día que naciste. En tu cerebro hay 4 millones de estructuras sensibles de dolor, 500 mil detectores táctiles y 200 mil detectores de temperatura...
Ahora pregúntate: ¿Crees que no vale la pena tu vida? lo triste es que dedicamos mucho tiempo pensando en lo que nos hace falta y casi nunca nos detenemos a recordar y agradecer lo muchísimo que poseemos. No solo con respecto a tu cuerpo, aplícalo también a los dones que posees, la familia que te ha tocado, las amistades de las cuales eres dichoso de poseerlas comodidades que disfrutas y hasta las oportunidades que se te han presentado…
¡No veas solo lo que te hace falta, agradece lo que ya tienes! Haz cuentas de tu bienes, y de tus alegrías también no pierdas tiempo haciendo cuentas de tus males.
Colecciona pensamientos alegres y optimistas y no se te olvide alejar de tu mente los pesimistas
Rechaza los recuerdos tristes, sabes ¿por qué?
¡Porque vales muchísimo!
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