sábado, 25 de julio de 2009

YOGA CON LAS MANOS


LOS MUDRAS
La medicina tradicional China hace hincapié en que según la proporción de los elementos básicos que tenga nuestro cuerpo (tierra, agua, aire, fuego y éter) estaremos sanos y en equilibrio o desequilibrados llegando a estar incluso gravemente enfermos. Del mismo modo que cada elemento puede tener una influencia positiva sobre nosotros, también puede destruirnos. Este equilibrio interior es posible restaurarlo a través del lenguaje de los gestos.


Las siguientes meditaciones se pueden hacer durante pocos minutos al día y su efectividad está asegurada. Exigen nuestra completa atención y los dedos de nuestras manos. Estos gestos corporales se llaman Mudras. Estos gestos son muy importantes porque nos permiten canalizar adecuadamente la energía a través de nuestro cuerpo así como facilitar la consecución de numerosos objetivos como la elevación espiritual, la sanación física y la sanación emocional.


Meditación 1: Con la energía del dedo pulgar.
El elemento fuego, el meridiano del pulmón, y de Marte (el planeta y antiguo dios de la guerra) se asocian con el dedo pulgar. El fuego del pulgar alimenta la energía de los demás dedos de las manos y absorbe el exceso de energía. De este modo, restaura el equilibrio. Es parecido al poder destructor del fuego o la fiebre.

Ejercicio
Tumbado o sentado, rodea tu pulgar derecho con los cuatro dedos de su mano izquierda y pon tu pulgar izquierdo a lo largo del borde interior de la mano derecha. Cierra los ojos y concéntrate en la respiración que fluye en tu interior.

Ahora imagina que una luz blanca te ilumina por completo, te atraviesa y baja hasta tus raíces y luego asciende hasta tu cabeza iluminado todo tu mundo. Cada vez que exhales, envía directamente los rayos de luz hacia la parte del cuerpo enferma. Céntrate en la parte del cuerpo que está más débil o enferma. Con calma repite el ejercicio. Concentrarse únicamente en la luz blanca que te ilumina y purifica, haz silencio en tu interior. Notarás como salen grandes y densas energías oscuras parecidas a nubes de humo, que huyen de un cuerpo y una mente iluminada y en paz. Este ejercicio es recomendable también en situaciones de estrés.


Meditación 2: Con la energía del dedo índice.
El chakra de la garganta, el intestino grueso y el meridiano del estómago se asocian con este dedo. A este dedo se le atribuye también la capacidad de mandar, reflexionar, la inspiración y la intuición. Se relaciona también con el elemento aire, que representa la mente y el poder del pensamiento. La energía planetaria relacionada con este dedo es la de Júpiter, que nos indica el cambio eterno de las cosas, aceptar la vida con todas sus facetas.

Ejercicio
Tumbado o sentado, rodea tu dedo índice con los cuatro dedos de su mano izquierda, dejando que el pulgar se extienda a la mitad de su mano derecha. Cierra los ojos. Debes centrarte en tu respiración y notar el movimiento del universo al ritmo de tus inhalaciones y tus exhalaciones. Observa ahora tus pensamientos que van y vienen. Obsrervalos detenidamente por un rato. ¿Escuchas tu dialogo interior? ¿Sabes que nuestros pensamientos inconscientes nos debilitan enormemente? ¿Cómo son tus pensamientos: positivos o negativos, conscientes o inconscientes? Si hacemos la siguiente meditación durante varios días, nos daremos cuenta de que existe un cierto hábito en nuestros pensamientos. Los hábitos se pueden cambiar en el momento en que llegamos a ser conscientes de ellos, pero los cambios siempre requieren una cierta cantidad de tiempo y de un esfuerzo. Si continuamente nos esforzamos en sustituir los pensamientos dañinos por pensamientos conscientes y útiles, también podemos cambiar las circunstancias de nuestra vida en consecuencia. Mantén tu dedo en esta situación por un tiempo y siente como fluye el calor.


Meditación 3: Con la energía del dedo Corazón.
Se relaciona con el chakra del corazón. Con este dedo, que es el más largo de todos, nuestro cuerpo nos enseña como con el corazón podemos alcanzar cimas que no podremos alcanzar con otras partes de nuestro cuerpo. Su energía irradia en el infinito. También podría considerarse cómo una escalera al cielo. El planeta que encaja con su energía es Saturno, situado en el límite de nuestro sistema solar y también llamado el “guardián del umbral”. Sin embargo Saturno nos recuerda que para avanzar en nuestro camino espiritual, primero debemos cumplir con nuestros quehaceres en la Tierra. Los meridianos implicados en la energía de este dedo son: el meridiano de la circulación y el meridiano de la vesícula biliar. Ambos nos ayudan a aprovechar y superar los retos de la vida.


Ejercicio
Tumbado o sentado rodea tu dedo medio derecho con los cuatro dedos de tu mano izquierda. El pulgar izquierdo debe extenderse hacia la mitad de su mano derecha. Cierra los ojos. Imagínate en tu trabajo. Estás haciendo aquello que más te gusta hacer. Allí puedes hacer pleno uso de tus talentos e inclinaciones para dominar todos los obstáculos que aparezcan en tu camino. Visualízate teniendo éxito. Visualízate siendo feliz haciendo aquello que haces. Piensa que con tus actos enriqueces al mundo. La divinidad se expresa a través de ti y de tus actos cuando te olvidas de ti y haces aquello para lo que estas destinado a hacer. Si tu ocupación no te satisface y si no dispones de actividades de ocio o intereses que te complazcan, entonces es momento de preguntar en tu interior, hasta que recibas una respuesta y la aceptes. Mantén el dedo en silencio por un tiempo y siente el calor que fluye en ti. Repite la operación con tu dedo medio izquierdo y cambia de mano. Estas posiciones de la mano también tienen un excelente efecto sobre la tensión en el cuello.


Meditación 4: Con la energía del dedo Anular
El dedo anular se asocia con Apolo, el dios sol, y el chakra raíz, que gobierna la pelvis. Es la fuerza de la resistencia. Los chinos han relacionado este dedo de la mano con el meridiano del hígado. El poder del hígado de una persona da paciencia, serenidad, esperanza y visión para el futuro.


Ejercicio
Tumbado o sentado rodea tu dedo anular izquierdo con los cuatro dedos de la mano derecha, con el pulgar derecho extendido hacia la mitad de la mano izquierda. Cierra los ojos.
Imagínate la Tierra, las montañas y las rocas machacadas en todas sus formas ya sea en los desiertos, las montañas o las islas. ¿Qué sucede cuando las masas de tierra comienzan a moverse? Y ¿Cuando la tierra se seca? Y ¿Cuando la tierra está totalmente expuesta al sol? Ahora imagina la tierra fértil. Lentamente deje que la vegetación aparezca. Brotes, tallos, hojas, plantitas, arbustos, árboles, bosques. Ahora visualiza una semilla. Con cada respiración que hacemos, algo se mueve dentro de la semilla, poco a poco va creciendo y se expande hacia la luz. . Al mismo tiempo, la vemos echar raíces profundas en la tierra. Se convierte en un árbol que crece lentamente. Lo ves crecer sin prisa ya que sabemos que el tiempo no tiene importancia. Sólo cuenta el constante crecimiento. El árbol florece de nuevo cada año, y da frutos. Al igual que el árbol, que se entrega totalmente y cada año da sus frutos, nosotros podemos también dar frutos si nos darnos por completo a la vida y actuamos según su propósito. Mantén tu dedo por un tiempo y siente el calor que fluye. Luego haz lo mismo con la otra mano.

Meditación 5: Con la energía del dedo Meñique
Vinculado al segundo chakra, el centro energético de la sexualidad. Asimismo se asocia con este dedo con la capacidad de comunicarse. Relacionado también con el agua elemento (el agua, simboliza el reino de las emociones). Las relaciones nacen, se nutren y fortalecen o debilitan. Y, a su vez, nos dan la capacidad de ser felices. Nos dan sublimes sentimientos y mejora nuestro estado de ánimo. Según nuestras relaciones tendremos agua clara o oscura. Tendremos independencia o dependencia. Podremos experimentar como las relaciones actúan como reflejo de aquellas cualidades de nuestra sombra que rechazamos o que nos negamos a reconocer. Venus es el planeta implicado.


Ejercicio Tumbado o sentado rodea tu dedo meñique izquierdo con los cuatro dedos de la mano derecha, hasta que tu pulgar derecho se extienda hacia la mitad de tu mano izquierda. Cierra los ojos.
Con el ojo de tu mente desplázate hacia la orilla del mar y observa las olas que te mojan los pies. La misma imagen se puede aplicar para tus sentimientos. Las emociones funcionan como olas que fluyen sujetas a la ley del dar y recibir. Las emociones se pueden describir también como nubes que no nos permiten tener el pensamiento consciente. Así te visualizas en medio de un oleaje o de una tormenta. Nos centramos en respirar, en tranquilizarnos. Aspiramos y espiramos visualizando luz blanca. Nos centramos en vigilar nuestros pensamientos y sentimientos. La luz blanca surge tenuemente. Poco a poco vemos desaparecer la marea y las nubes. La luz del Sol aparece. La calma, el amor y la paz se instalan de nuevo en nuestro corazón y del brotan ahora pensamientos conscientes y armonía profunda. Continúe con la misma operación en la otra mano. Rodee su dedo meñique derecho y sujételo por la misma cantidad de tiempo.

Fuente: el libro “mudras: Yoga en sus manos”, por Gertrud Hirschi, adaptado por pensamiento consciente

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