lunes, 6 de febrero de 2012

MAESTRÍA DEL SER


Los animales son increíblemente independientes, libres, no juzgan, no proyectan,
Sólo son. 
Disfrutan del momento, juegan, se enojan y vuelven a jugar, no se enganchan con rencores, no piensan en sí mismos, y no desaprueban su panza, su cara o su comportamiento.
No conozco ningún perro que este triste por no ser loro, o ningún gato que se deprime porque Dios lo va a castigar ya que no tienen sistemas de creencias limitantes.
No saben que día es Domingo por lo cual no se deprimen en un día en particular.
Es hermoso verlos crecer, en pocas semanas corren riesgos, se mueven, se caen y se levantan, ya saben como obtener comida, y no se identifican con su "familia".
Son absolutamente autónomos y genuinos.
El ser humano por lo general, en cambio, es una sucesión de reacciones adquiridas de los demás, dependiente emocionalmente y temeroso de nuevos estímulos y se lo considera adulto casi 21 años después de su nacimiento.
Cuando somos bebés contamos con esa misma inocencia, no estamos creyendo que somos inadecuados, ni feos, ni que sin otra persona no podemos sentirnos completos.
Vean como sus mascotas se comportan y encontraran allí a un hermoso reflejo de la maestría del Ser.


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