lunes, 26 de septiembre de 2011

ARMONÍA

Vivir en armonía es la base de la felicidad.

En los lugares en donde no hay armonía todos se sienten desdichados;

en cambio, en los que la hay, también existe la felicidad,

porque la armonía es expresión de amor.

Cuando se vive separados por recelos, rencores o enemistades,

la mente y el alma se llenan de pensamientos y sentimientos negativos

que forman, alrededor de las personas,

un "ambiente" sumamente desagradable que les impide

hasta disfrutar de sus propias cosas hermosas.

Ese "ambiente" hace que quienes

se acercan a esas personas o las visitan,

se sientan incómodos y deseosos de alejarse.

En cambio, cuando en un lugar existe armonía o cuando nos encontramos

entre personas que se aman y se comprenden, nuestra alma se siente feliz,

y el "ambiente" que reina en esos lugares y que rodea a las personas

que viven en armonía nos atrae, impulsándonos a acercarnos a ellas.

Por eso, para lograr una convivencia feliz, es imprescindible

ayudarse, comprenderse y tolerarse unos a otros y, además,

tener siempre pensamientos, deseos y acciones positivas para los demás.

Imaginemos qué maravillosa sería la vida en nuestro mundo si todos

los hombres se sintieran amigos y hermanos de los demás, procuraran

ayudarse y protegerse recíprocamente en toda circunstancia.




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